Esta es una de las preguntas que con mayor frecuencia se nos hace, cuando estamos en un domicilio aquejado por problemas de humedad por condensación: ¿ventilo mi casa si llueve?
Siempre existen mitos (con diez minutos al día, vale; si hay mucha humedad exterior, mejor no abrir, etc.) que lo que llevan es a la confusión de la persona no experta.
Se debe dejar claro un concepto: la humedad específica o absoluta. Ésta, es la cantidad de vapor que lleva una masa de aire, sea en kg o en m3 , y está relacionada con la temperatura. Sin entrar en profundidad -si lo desea, escríbanos un email y le explicaremos más en profundidad el tema- se debe entender que, el aire , cuanto más caliente está, más cantidad de vapor puede transportar (por eso cuando hace calor, los charcos de la calle se secan, pues son “absorbidos” por el aire).
El caso es que, en invierno, en la calle suele estar mucho más frío que en casa, y , por tanto, el aire transporta mucha menos 
cantidad de vapor que el que tenemos en casa. No debe engañarnos el higrómetro que marca, por ejemplo, 90% de humedad relativa. Si la temperatura de la calle es de 2ºC eso significa que sólo tiene unos 4g de vapor por cada kg de aire. Si el aire de la casa está al 70% pero a 25ºC la cantidad de vapor sería de casi 14g/kg de aire, lo cual es muy superior al de la calle. Recuerde que, a más cantidad de vapor, mayor es el punto de rocío, y, por tanto, más fácil que el vapor condense originando horribles manchas de hongos.
Por tanto, salvo que la temperatura de la calle sea superior a la de la vivienda, es menor la humedad que la que tenemos en casa. Al meter el aire del exterior y calentarse, su humedad relativa baja muy sensiblemente, haciendo que la casa se seque.
Ventile, pues. Aunque llueva.
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